Islas Columbretes

Islas Columbretes

Nombre de la ZEPIM: Islas Columbretes

País: España, Comunitat Valenciana, Castellón

Superficie: 12.306 Has

Año de declaración: 2001

Razones por las que merece su declaración como ZEPIM: Presencia de las siguientes especies incluidas en el anexo II y III del Protocolo sobre las Zonas Especialmente Protegidas y la Diversidad Biológica en el Mediterráneo

- Plantas Marinas: Cystoseira mediterranea, Cystoseira zosteroides y Laminaria rodriguezii RM

- Invertebrados Marinos: Aplysina aeromorpha, Axinella polypoides, Geodia cydonium, Hippospongia communis, Spongia agaricina, Spongia officinalis, Tethya aurantium, Corallium rubrum, Paracentrotus lividus, Hornera lichenoides, Dendropoma petraeum, Pinna nobilis, Pinna rudis, Lithophaga lithophaga, Erosaria spurca, Luria lurida, Charonia lampas, Homarus gammarus, Maja squinado, Palinurus elephas, Scyllarydes latus y Ophidiaster aphidianus. RM

- Peces: Epinephelus marginatus, Isurus oxyrinchus, Prionace glauca, Sciaena umbra, Thunnus thynnus, Umbrina Cirrosa y Xiphias galdius. RM

- Reptiles: Caretta caretta RM

- Reptil endémico: Podarcis atrata

- Aves: Calonectris diomedea, Falco eleonorae, Hydrobates pelagicus, Larus audouinii y Phalacrocorax aristotelis

- Mamíferos: Balaenoptera physalus y Tursiops truncatus

- Plantas terrestres: Pistacia lenticus, Chamaerops humilis, Withania frutescens, Lycium intricatum, Suaeda vera, Smilax aspera, Fumaria munbyi, Reseda hookeri

- Plantas terrestres endémicas: Lobularia maritima columbretensis y Medicago citrina.

Lista de hábitat amenazados de la ZEPIM

- Las islas libres de predadores terrestres donde se encuentran especies endémicas y amenazadas de aves marinas.

- Arrecifes sumergidos y fondos marinos con topografía compleja que constituyen el hábitat para especies bentónicas y pelágicas que incluyen una buena cobertura de algas en las zonas profundas más iluminadas.

- Fondos de maërl

Otras figuras de protección: Reserva Natural (1994, la parte terrestre), Reserva Marina (1990), Parque Natural (1988), LIC y ZEPA.

Descripción: El archipiélago de las islas Columbretes es la única ZEPIM de la Comunidad Valenciana. Está situada a unas 30 millas marinas del Grao de Castellón, está compuesto por cuatro grupos de islotes y algunos escollos y bajos. Las Islas Columbretes son el espacio insular más singular de la Comunitat Valenciana y uno de los pequeños archipiélagos de mayor interés ecológico del Mediterráneo. Están formadas por una serie de islotes y piedras situados a 30 millas de la costa de Castellón, unos 56 Km., y reunidos en 4 grupos, a los cuales les da el nombre la mayor de cada una de sus islas: Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot. En total, el archipiélago se extiende a lo largo de 3 millas marinas, con un total de 19 hectáreas emergidas, de las cuales 14 corresponden a L’Illa Grossa, la única que ha estado habitada y donde se localiza el faro de Columbretes. Los 67 metros de altura de la montaña del faro representan la mayor altitud del archipiélago. Asentadas sobre un fondo situado cerca de los 80 metros de profundidad, las Columbretes representan el mejor ejemplo de vulcanismo del país, fácilmente apreciable tanto por los materiales que las forman como por su peculiar aspecto. Destaca l’Illa Grossa, formada por diversos cráteres encadenados, y el Carallot, que con sus 32 metros de altura sobre el mar, representa los restos de una chimenea volcánica.

El origen geológico de las islas se remonta al periodo cuaternario, con formaciones de tipo volcánico, asociado a zonas de subducción por consumo de la corteza oceánica, a partir de varias emisiones submarinas. El periodo de formación abarca entre 1 y 3 millones de años.

La Isla Grande o Illa Grossa tiene una forma semicircular muy característica, de media luna en cuarto menguante, y su perfil nos recuerda a un extraño animal dormido. Formando conjunto con la media luna se encuentran El Mascarat, el islote de Mancolibre y la Señoreta. El islote de la Ferrera tiene forma de silla de montar y se encuentra agrupado con los islotes de Bauzá, Navarrete y de Fidalgo. El islote de la Horadada se agrupa con los islotes de Lobo y Méndez Núñez, al sur del grupo anterior. En el extremo del archipiélago encontramos el Carallot o Bergantín que es el resto de una chimenea volcánica, situado junto a los islotes de Cerquero, Churruca y Baleato así como otros escollos ricos en fauna piscícola.

En el momento de la protección del archipiélago la fauna y la flora se encontraban muy mermadas, debido a prácticas devastadoras, y a la pesca exhaustiva que causaron la desaparición en el lugar de especies como la foca monje, vista por última vez en 1961.

La presencia humana en la isla fue la causa de la introducción de especies domésticas como conejos, cerdos y plantas de huerta para alimentación humana, con el consiguiente desequilibrio natural. El hombre siempre persiguió a víboras y alacranes, las primeras, desaparecidas.

Las islas tienen tres factores que determinan su peculiar paisaje y biodiversidad, uno es el origen volcánico, otro su alejamiento de la costa y, por último, el ser un ecosistema de reciente formación. La mayor parte de las especies procede de las costas de Castellón y Baleares, incluso de zonas como el Delta del Ebro. De allí pudieron llegar flotando sobre troncos, en épocas de riada, reptiles y otros animales terrestres. Es de suponer que de las especies llegadas a las islas, muchas no pudieran permanecer en estas condiciones de gran aislamiento, mientras en otras hizo surgir endemismos por su adaptación al nuevo medio.

La vegetación está adaptada a la salinidad y a suelos con alto nivel de nitrógeno (por los excrementos de las gaviotas), a la escasez de lluvias (la precipitación es inferior a la de las costas próximas e inferior a la del sur de Alicante), y al enraizamiento en suelos rocosos. Estas características adaptativas son la razón de que la mayor parte de las plantas sean leñosas, incluso espinosas. El último resto de vegetación original se conserva en un pequeño sitio de La Ferrera. Dos especies a destacar por ser endémicas de Columbretes son el mastuerzo marino (Lobularia maritima columbretensis) y la alfalfa arbórea de Columbretes (Medicago citrina). Además, esta última junto con Fumaria munby son Especies Vulnerables y, junto con Reseda hookeri, Especie en Peligro de Extinción, se encuentran en el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazadas. Otras especies dignas de mención son el palmito (Chamaerops humilis), el lentisco (Pistacia lentiscus) y la zarzaparrilla (Smilax aspera), especies que antiguamente cubrían l’illa Grossa. Sólo algunas especies más resistentes a la salinidad, como el hinojo marino (Chrithmum maritimum) y la zanahoria marina (Daucus gingidium) colonizan los peñascos más próximos al agua.

En las zonas donde hay un poco de suelo, las plantas aprovechan la intensa fertilización producida por las aves marinas, la abundante insolación y la ausencia de herbívoros, floreciendo espectacularmente cuando llegan las lluvias primaverales y otoñales. Durante el verano, que se prolonga durante 5 meses, toda la vegetación se agosta, produciendo un fuerte cambio en el paisaje.

El interés de las islas se multiplica al sumergirnos en el agua. Los fondos marinos están dominados por arrecifes a 90 metros por encima de la plataforma oceánica y por fondos detríticos y maërl. Se encuentran la Laminaria rodriguezii y la Cystoseira sp. RM

Resulta notable la ausencia en las islas de Posidonia oceanica, debido al origen de las islas cuya formación reciente (alrededor de un millón de años) habría impedido la llegada de esta planta de dispersión muy limitada. Este argumento es igualmente válido para otro tipo de especies que no poseen fase larvaria planctónica, caso de algunos gasterópodos (Monodonta articulata, Gibbula divaricata o Gibbula rarilineata). La ausencia de P. oceanica posibilita, sin embargo, el desarrollo de una exuberante comunidad de algas fotófilas. Existen también grandes praderas de Cymodocea nodosa, otra fanerógama más pequeña que P. oceanica, cuya capacidad de dispersión es alta, y se habría instalado con posterioridad a la formación de las islas. RM

Las islas están dominadas por las colonias de aves marinas nidificantes. La gaviota de Audouin (Larus audouinii), la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans), el paiño común (Hydrobates pelagicus), la pardela cenicienta (Calonectris diamedea) y el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), además del halcón de Eleonora (Falco eleonorae), algunas de ellas muy sensibles a las molestias e impactos asociados a la presencia humana, encuentran en estas islas el único punto de nidificación de la Comunitat Valenciana.

Durante los pasos migratorios primaverales y otoñales, las islas, ancladas en medio del mar, actúan como un imán para todas las aves que cruzan el Mediterráneo entre Europa y África, concentrándose un altísimo número con el fin de reposar y tomar fuerzas antes de continuar su viaje. Es frecuente avistar alrededor de las islas a cetáceos presentes en la ZEPIM, como el delfín mular (Tursiops truncatus) o durante sus migraciones reproductoras al rorcual común (Balaenoptera physalus). En cuanto a las tortugas marinas, la tortuga boba (Caretta caretta) frecuentaba sus costas en los meses de verano.

Entre los animales destaca, sobre todo, el grupo de los artrópodos con no menos de 10 insectos coleópteros endémicos. La singularidad faunística culmina con la presencia de una especie endémica de lagartija (Podarcis atrata), con 4 poblaciones diferenciadas en otros tantos islotes, y el caracol de Columbretes (Xerocrassa molinae).

También hay que destacar la presencia de la ostra roja (Spondylus gaederopus), en regresión a causa de una enfermedad vírica, y la estrella de mar purpúrea (Ophidiaster ophidianus). Por debajo de los 30 metros, se encuentran fondos las paredes de gorgonias, principalmente Eunicella singularis y Paramuricea clavata. El pez característico de estas profundidades es el tres colas (Anthias anthias), y destaca la abundancia de langostas (Palinurus elephas) y animales cada vez más difíciles de encontrar en las costas valencianas debido a la sobre pesca, como el mero (Epinephelus marginatus), el coral rojo (Corallium rubrum) y la nacra (Pinna nobilis). RM

El nombre de las islas viene de la impresión de los primeros navegantes, griegos y latinos, que las incluyeron a sus geografías con el nombre de Ophiusa o Colubraria, admirados por la abundancia de serpientes que allí se encontraban. Visitadas únicamente por pescadores y piratas hasta principios del siglo XIX, la colonización del archipiélago se produjo a mediados del siglo XIX con la construcción del faro de l’illa (1856-1860). Los fareros habitaron las islas de forma prácticamente ininterrumpida durante más de un siglo, en condiciones precarias, como demuestran las tumbas del pequeño cementerio de l’illa, y aprovechando intensamente todos los recursos que ofrecen un medio terrestre pobre y un fondo marino extraordinariamente rico. La pequeña colonia de fareros y sus familias abandonaron las islas finalmente en 1975, cuando se automatiza el faro. Desde entonces las islas están deshabitadas hasta la instalación de los primeros servicios de vigilancia establecidos por la Generalitat Valenciana en 1987.

No obstante con el abandono de las islas al automatizarse el faro, las islas quedan desprotegidas contra nuevas agresiones. Si los ejercicios de bombardeo por la aviación y la marina fueron los impactos que más llamaron la atención pública sobre la necesidad de proteger el archipiélago, no fueron menores los problemas derivados de las visitas incontroladas y de pesca furtiva.

Desde entonces se garantizan las medidas de protección, a través de la instalación de un servicio de guardería el cual tiene como tarea la vigilancia del cumplimiento de la normativa de la Reserva así como las labores de recuperación del medio natural (erradicación de especies introducidas, recuperación de la cubierta vegetal, protección de las aves que anidan).

Hoy en día, los usos principales son la pesca comercial fuera de la Reserva Marina y las actividades recreativas dentro de ella. La afluencia anual de visitantes se estima en 3000 barcos y 3500 buceadores. El acceso a la parte terrestre esta limitado a un camino habilitado para ello en la isla principal, con cuotas diarias de visitantes y con un máximo de 3500 visitas al año. RM

Las mayores amenazas se encuentran fuera de la parte marina de la ZEPIM, debido a una incontrolada y exhaustiva pesca comercial existente gracias a la gran cantidad de biomasa. Se ha registrado algún caso aislado de muerte de tortugas o delfines a causa de las artes de pesca utilizadas. RM

Existe un estudio de capacidad de carga relacionado con la demanda de actividades recreativas que se cumple con bastante exactitud y hace años que, salvo por error, ningún barco ancla en las islas.

Además, el aumento de estas actividades, está provocando un choque directo entre los intereses de los pescadores y los usuarios de esta ZEPIM.

Enlaces:

http://www.cma.gva.es/

http://parquesnaturales.gva.es

http://www.marm.es/

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